LA PIEL Y SU ESTRUCTURA
Vamos a explicar la estructura de la piel para familiarizarnos con ella y así entender como debemos tratarla y cuidarla. La piel es el órgano más grande del cuerpo. Lo cubre completamente. Además de servir como protección contra el calor, la luz, las lesiones y las infecciones, la piel también:
- Regula la temperatura del cuerpo Cuando se expone la piel a una temperatura fría, los vasos sanguíneos de la dermis se contraen, lo cual hace que la sangre, que es caliente, no entre a la piel, por lo que ésta adquiere la temperatura del medio frío al que está expuesta.
- Almacena agua y grasa .Es un reservorio de múltiples sustancias como: minerales, sustancias grasas, sustancias orgánicas, hormonas, vitaminas, etc….
- Es un órgano sensorial .Por esta función es que sentimos calor, frio, etc… Por esto se le da el nombre de cerebro periférico. Las fibras nerviosas son las responsables de las sensaciones. Las sensaciones se forman cuando los receptores mandan al sistema nervioso la información percibida. Estos receptores reciben nombres diferentes según el tipo de sensación que captan. Los termoreceptores son capaces de identificar las sensaciones de calor o frío (sensaciones térmicas), los mecanoreceptores captan el peso de los objetos (sensaciones de presión) y la forma, la textura, el tamaño, etc de los objetos (sensaciones táctiles); los nociceptores captan el dolor (sensaciones dolorosas)
- Impide la pérdida de agua
- Impide el ingreso de bacterias. Es la primera gran defensa del organismo y actúa como una barrera natural. Si esta barrera se rompe se producen las infecciones.
- Actúa como barrera entre el organismo y el entorno. Protege nuestro cuerpo del mundo exterior.
A lo largo de todo el cuerpo, varían las características de la piel, tales como su grosor, color y textura. Por ejemplo, la cabeza contiene más folículos capilares que cualquier otro lugar, mientras que las plantas de los pies no contienen ninguno. Además, las plantas de los pies y las palmas de las manos tienen una piel mucho más gruesa que otras zonas del cuerpo.
La piel está constituida por tres capas sucesivas: la epidermis la más superficial, la dermis, y la hipodermis las más profundas. La piel se renueva por completo cada 4 u 8 semanas, lo que significa que en menos de dos meses, todas y cada una de las células de nuestra piel son totalmente nuevas. La piel, pues, es un órgano dinámico que constantemente está cambiando pero que es capaz de mantener su integridad. Así que podemos trabajar para mejorarla en ese espacio de tiempo y ver los resultados.
LA EPIDERMIS
La epidermis es la capa más externa de la piel. Es también la más fina, pues en la mayoría de regiones del cuerpo tiene un espesor de tan solo 0’1 milímetros, aunque puede llegar a ser de incluso 0’05 milímetros en la piel que rodea los ojos. En las plantas de los pies es donde es más gruesa, pudiendo llegar a tener un espesor de 5 milímetros.
Sea como sea, la epidermis es la capa más fina y externa de la piel. Las células que la conforman reciben el nombre de queratinocitos, unas células que se generan en la parte más inferior de la epidermis y que, mientras van madurando y sufriendo cambios, se van desplazando a la parte más superior, es decir, la que contacta con el medio externo.
Pero, ¿por qué van subiendo constantemente? Porque cuando llegan arriba y están en contacto con el exterior, se van dañando sin parar. Por ello, el cuerpo debe enviar sin descanso nuevas células hacia el exterior. Estos queratinocitos van viajando a través de la epidermis.
Y cuando llegan arriba, lo sorprendente es que estas células ya están muertas, nos vamos desprendiendo de ellas. De hecho, la capa más externa de la epidermis (y también la más importante) es, en esencia, un manto de queratinocitos muertos.
Aunque depende de la región del cuerpo, la epidermis que nosotros vemos son unas 20 capas de células muertas que se van desprendiendo continuamente y llegando de nuevas.
Esto es lo que explica que tradicionalmente se diga que el 70% del polvo de una casa es piel muerta. Pero, cómo se unen lo suficiente entre ellas es gracias a los lípidos epidérmicos, unas sustancias sintetizadas por las glándulas sebáceas que se unen con el agua (que se obtiene de las glándulas sudoríparas) para formar la película hidrolipídica, una especie de emulsión que mantiene la integridad de la piel.
Las funciones de la epidermis son las siguientes:
1. Impedir la entrada de patógenos
La epidermis, gracias a la firmeza de la que dispone, es la capa de la piel que impide la constante entrada de patógenos en nuestro organismo. En este sentido, es una capa de células muertas la que impide el ataque de bacterias, virus, hongos y parásitos.
2. Ser el hábitat de la microbiota de la piel
Nuestra piel es el hogar de miles de especies bacterianas distintas que, lejos de ser una amenaza, cumplen con muchas funciones beneficiosas en nuestro organismo, desde estimular el sistema inmune hasta mantener hidratada la piel, pasando por atacar a patógenos e incluso determinar nuestro olor corporal.
¿ No has notado que los perfumes no huelen en todas las pieles igual? Como hemos dicho, la piel está constantemente renovándose. Y esto es gracias a la increíble capacidad de la epidermis para regenerar sin descanso los queratinocitos que conforman la capa más externa.
3. Limitar la pérdida de agua
La película hidrolipídica es muy importante para mantener la piel hidratada y con un aspecto saludable. La epidermis es la capa de la piel que limita la pérdida de agua, garantizando así que luzca adecuadamente y pueda cumplir con sus funciones de protección.
4. Mantener la piel firme y flexible
Al mismo tiempo que la mantiene hidratada, la epidermis debe estar en un buen estado de salud para que la piel luzca firme y flexible. Cuando hay problemas en ella, la piel deja de verse saludable.
5. Actuar como primera línea defensiva
Además de protegernos del ataque de patógenos, la epidermis también es la capa de la piel que primero absorbe los golpes, presiones e incluso impide que las quemaduras lleguen a regiones más internas y sensibles del cuerpo.
6. Proteger frente a sustancias químicas
La piel no solo nos protege del ataque de patógenos y de lesiones físicas, sino que también impide que las sustancias químicas del medio (sean abrasivas o no) comprometan nuestra salud.
LA DERMIS
La dermis es la capa intermedia de la piel. Es también la más gruesa y, pese a ser de consistencia firme, sigue siendo elástica. Tiene una capa superior que comunica con la epidermis y una inferior que se relaciona con la hipodermis.
La principal característica de la dermis es que no está formada por queratinocitos como la epidermis, sino que su componente mayoritario es el colágeno y la elastina, dos compuestos que le dan fuerza a la piel, así como flexibilidad y firmeza, permitiendo que la piel luzca sana y con un aspecto juvenil.
El colágeno y la elastina se juntan formando unas fibras (dando lugar a un tejido conectivo) que se impregnan de ácido hialurónico, otra sustancia que, en este caso, está involucrada en la captación del agua. De este modo, estos tres componentes permiten también que la piel, gracias a la retención del agua, mantenga su volumen.
A medida que se envejece, la síntesis de colágeno, elastina y ácido hialurónico se vuelve menos efectiva, lo que explica que la piel cada vez luzca menos joven. Del mismo modo, fumar y hacer excesos con el sol propician los problemas en su síntesis, por lo que las personas que cumplen con este perfil ven su piel envejecida más pronto de lo normal.
Las funciones de la dermis son las siguientes:
1. Amortiguar golpes
Toda la piel es importante para amortiguar golpes y presiones, pero la dermis, gracias a su elevado contenido en colágeno y elastina, es la más importante en este aspecto.
2. Impedir la formación de arrugas
El ácido hialurónico mantiene el agua en esta capa de la piel, lo que propicia el mantenimiento del volumen e impide que se formen arrugas. Con el paso del tiempo, la piel inevitablemente pierde firmeza y se forman arrugas ya que este compuesto no se sintetiza de forma tan efectiva.
3. Nutrir la epidermis
La epidermis, como hemos visto antes, es muy importante y constantemente está renovándose. El problema es que, para garantizar que forma una capa compacta, no llegan los vasos sanguíneos. Por ello, la dermis, que sí que dispone de irrigación sanguínea, se comunica con la epidermis y le envía todo el oxígeno y nutrientes necesarios, al mismo tiempo que recoge las sustancias de desecho para su posterior eliminación.
4. Contener las glándulas sebáceas
Como hemos visto antes, las glándulas sebáceas son las que sintetizan los lípidos epidérmicos tan necesarios para garantizar la correcta salud de la epidermis. En este sentido, la dermis es muy importante ya que es en ella donde se localizan estas glándulas, liberando después los lípidos a la capa más externa de la piel.
5. Contener las glándulas sudoríparas
Las glándulas sudoríparas son imprescindibles no solo para regular la temperatura mediante la sudoración, sino para dar lugar al componente acuoso que se unirá a los lípidos epidérmicos para conformar la película hidrolipídica de la epidermis que hemos comentado anteriormente.
6. Regular la temperatura
Una de las funciones más importantes de la piel es la de la regulación de la temperatura corporal. Y es precisamente la dermis la que tiene un papel más notorio a la hora de mantener estable la temperatura del cuerpo independientemente de la que haya en el exterior.
Cuando hace calor, se estimula la actividad de las glándulas sudoríparas de la dermis para así sudar y conseguir enfriar el cuerpo. Y cuando hace frío, el conjunto de vasos sanguíneos de la dermis se contrae, cosa que permite la conservación del calor corporal.
7. Permitir el sentido del tacto
Es en la dermis donde se encuentran las terminaciones nerviosas, un tipo de neuronas especializadas en captar variaciones en la presión para así transportar esta información al cerebro, que procesará el mensaje para dar lugar a la experimentación del sentido del tacto, así como el dolor y la percepción de la temperatura.
La dermis se mantiene unida mediante una proteína llamada colágeno. El colágeno está formado por fibroblastos. Esta capa le da a la piel flexibilidad y fuerza. Además contiene receptores del dolor y el tacto.
LA HIPODERMIS
La hipodermis, es la capa más interna de la piel. No está formada tampoco por queratinocitos como la epidermis ni por tejido conectivo como la dermis, sino por adipocitos, unas células que, con una composición del 95% de lípidos, conforman los tejidos grasos de nuestro cuerpo.
En este sentido, la hipodermis es prácticamente todo grasa. Y decimos prácticamente porque también hay abundantes vasos sanguíneos, así como unas fibras de colágeno especiales que, aunque sean distintas a las de la dermis, mantienen unidos los adipocitos entre sí.
La hipodermis no cumple con tantas funciones como la epidermis ni mucho menos como la dermis, pero sigue siendo muy importante, especialmente a nivel estructural.
Las funciones que desempeña la capa más interna de la piel.
1. Aislar el cuerpo
Esta capa de grasa que constituye la hipodermis es muy efectiva a la hora de aislar el cuerpo tanto del frío como del calor. En este sentido, la hipodermis es nuestro “abrigo” natural, pues hace que seamos más resistentes a las temperaturas demasiado frías. La grasa funciona como aislante.
2. Amortiguar golpes
Gracias tanto al tejido graso en sí como a las fibras de colágeno, la hipodermis sigue siendo una capa resistente que amortigua los golpes de una forma muy efectivas.
3. Servir como almacén de energía
Una de las principales funciones de la hipodermis es la de funcionar como almacén de energía. Y es que estos adipocitos, en caso de que sea necesario, pueden servir como fuente de grasas y, por lo tanto, de energía. A través de los vasos sanguíneos de la hipodermis, estos nutrientes viajan hasta el órgano o tejido que los necesita.
Pero bueno, para que os cuento esto. A nosotros lo que nos interesa saber para conocer nuestra piel , es que productos nos van a llegar hasta donde necesitamos y cuáles no.
- Si queremos que nos llegue a la capa exterior , capa cornea por una infección micótica nos ayudaran aceites como onagra, borraja, aguacate, rosa mosqueta, oliva, argán , caléndula, hipérico
- si queremos el resto de la epidermis hasta el extracto espinoso para una psoriasis o eccema tendremos que usar jojoba, calofilo, rosa mosqueta, almendras, borraja y onagra
- si queremos ir del estrato espinoso hasta la dermis por prurito y urticaria usaremos calofilo, sésamo y avellana
Es importante los componentes de nuestras cremas para saber que están llegando donde querremos y necesitamos.
Mi mundo atópico.